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Las estepas del vino se extienden entre gaviones de malla y piedras para plegar las aguas. La árida visión no da cuenta del misterioso camino iniciado en el sur, cuya difícil memoria se legitima en cada actitud. Por lo mismo no es posible reactualizar los molinos de viento con sus tablas que dejan los techos de paja en barlovento. Es simplemente la preeminencia de la técnica como maestría expresiva para dar cuenta de la euforia permanente. Con eso se logra espacios atentos a las emociones ausentes, pues la vulgaridad no existe cuando el cuerpo se desnuda. Es la palidez del sueño. Los crímenes son públicos y la lógica es privada. |
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